FAMILIA

 LAS PANTALLAS,  LOS NIÑOS  y  LA FAMILIA
         Las pantallas desde hace tiempo se han convertido en  parte esencial de la cotidianeidad del mundo adulto pero mucho más de los niños y jóvenes. Los chicos del siglo XXI son la primera generación  que desde muy pequeños han vivido en un universo mediático extremadamente diversificado. Este hecho suele dar lugar a múltiples desencuentros entre los distintos miembros de la familia, así como también a motivos de preocupaciones para los padres.
¿Qué hacer ante un niño que prefiere ver la televisión a jugar con amigos o con juguetes?¿Cómo ayudar y acompañar a los más pequeños en sus prácticas mediáticas?
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       Canales de TV abiertos y por cable, videojuegos, DVD, IPOD , MP3, MP4, celulares, internet, son ventanas por las cuales muchos chicos encuentran desde pequeños fuentes de estimulación, entretenimiento , información y aprendizajes. Estas pantallas se han naturalizado en sus vidas. Desde ahí  aprenden a hablar de sí mismos y de los otros. Como lo señalara la especialista argentina en Educación en Medios, Roxana Morduchowicz  (2010), entre los medios, las pantallas resultan  “fundamentales en la construcción de sus identidades”. 
      Pero la presencia de las pantallas no es exclusiva para los chicos.  Los adultos también estamos inmersos en las mismas pero de distinta manera. Nuestro acceso es distinto, así como el tiempo de uso y las modalidades. También somos nosotros,  los adultos,  los que continuamos haciendo distinciones entre medios nuevos y medios tradicionales, distinciones que no son tales,  ni para los chicos, ni para los adolescentes de hoy.  Pero más allá de estas categorías que aún circulan entre nosotros, a ninguno se nos escapa la importancia que tienen las pantallas en la vida de nuestra sociedad mediatizada y globalizada.
       El arte, la música, la política, los juegos, la educación, la fotografía, la publicidad: todo circula y nada escapa a las pantallas. Y entre ellas, es la televisión el medio con más presencia en la Argentina.  Algunos señalan que la TV es en lo que respecta a acceso el medio más democrático. No sólo por el amplio acceso social, sino también por el generacional. Muchos niños a los dos años saben qué botón del control remoto oprimir para  encender el televisor, como así también pueden reconocer fácilmente  los logos de sus canales preferidos.  La posibilidad de realizar estas operaciones con autonomía, más el interés creciente por ver televisión que van demostrando a medida que crecen,  suelen ser un motivo de preocupación para los adultos.
       Las prácticas televisivas que inician los niños desde temprano, el hecho que muchas casas cuentan con más de un televisor , sumado al hecho de que los intereses y prácticas televisivas de los miembros de una familia suelen no compartirse y negociarse, hace que los niños muchas veces se encuentren solos frente a las pantallas.  Estas situaciones y las posibles preocupaciones que surgen a parir de las mismas, pueden traer como consecuencia distintos estilos de intervención por parte de los adultos: el restrictivo, el activo o instructivo y el visionado compartido. El estilo restrictivo se ejerce cuando se limita explícitamente el uso que hacen los niños de la TV, tanto en relación al tiempo que pasan frente a la TV como en relación a lo que desean ver. El estilo activo o instructivo se ejerce cuando los padres dan explicaciones que permiten a los niños entender mejor lo que miran en el televisor. Por último el estilo de visionado compartido alude a cuando los padres ven TV con sus hijos. 
        Estos estilos de intervención, no son excluyentes es decir que pueden darse en distintos momentos en una misma familia y con frecuencia resultan complementarios.  No obstante cabe señalar que aunque en ocasiones es importante establecer reglas claras de uso de las pantallas en los hogares, el estilo restrictivo, no resulta útil para educar niños a realizar operaciones de recepción crítica de la televisión. Para lograr este objetivo tanto en el hogar como en la escuela, los estilos a ejercitar deberían ser  el de la mediación activa y el visionado compartido.
          El que mirar televisión sea una de las prácticas  preferidas por los niños desde muy pequeños más que otras tecnologías, posiblemente sea una de las razones fundamentales para el protagonismo de este medio como objeto de debate social. Concuerdo  con la especialista Roxana Morduchowicz, en que más allá de los: acuerdos, controversias y polémicas que este medio despierte,  estas prácticas no deberías ser motivo de alerta o alarma como algunos “apocalípticos quieren presentarlas”. Pero sí , la preferencia de estás prácticas por parte de los niños, torna necesario el que la escuela ofrezca desde el nivel inicial espacio para que la Educación en Medios sea un contenido a sumar, así como también que la familia reciba orientación para enfrentarse y acompañar de de manera activa y crítica los consumos mediáticos que realizan sus hijos y ellos mismos como adultos.
Bibliografía:
Morduchowicz, R: “La Tv que queremos”. Paidós. Buenos Aires. 2010
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PARA RECIBIR UNA MAYOR ORIENTACIÓN a fin de  poder llevar como padres y/o educadores a cabo una mediación activa y  prácticas de visionado compartido, se sugiere la lectura de dos cuadernillos elaborados por Roxana Morduchowicz y su equipo:
LA TELE EN FAMILIA 1: