AUTORA

 

Lic Claudia Cadenazzo
TRAYECTORIA


Profesional
  • Asesora y coordinadora de propuestas en EDUCACIÓN Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN EL NIVEL INICIAL.
  • Desarrolla talleres de alfabetización mediática para directivos, docentes, padres y niños.
  • En el pasado, docente de grupos de niños y adolescentes con necesidades educativas especiales.

Académica

  • Licenciada en Psicopedagogía (UMSA)
  • Especialista en Educación Lenguajes y Medios (UNSAM)
  • Especialización en Educación y Nuevas tecnologías (FLACSO)
  • Postítulo en Nuevas Alfabetizaciones (CEPA)
  • Profesora de Educación Especial (Instituto SAINT JEAN)
  • Profesora de Estimulación temprana y aprendizajes tempranos (Inst. Sup. de Form. Docente N°1)



ACERCA DE MI INTERÉS POR LA EDUCACIÓN EN MEDIOS
Mi interés por comenzar a capacitarme en el campo de la comunicación y la educación, surgió hace ya mucho tiempo cuando trabajaba como docente de niños y adolescentes con necesidades especiales. Si bien trabajar con imágenes fue una actividad cotidiana desde mi inicio en la tarea docente, en ocasiones sentía que me faltaban herramientas conceptuales para incluir temas que los chicos traían espontáneamente vinculados con imágenes o informaciones que recibían de distintos medios de comunicación. Estos contenidos despertaban en los niños interés, entusiasmo y ganas de participar en conversaciones grupales – aún en aquellos que en otros momentos permanecían aislados y apáticos - en las que daban cuenta de la interiorización de información, de inquietudes y también aprendizajes. Fueron estas observaciones las que me llevaron a estar atenta a generar espacios áulicos que potenciaran el trabajo con este material que aportaban los alumnos.
Una anécdota  que ilustra lo hasta aquí narrado, nació durante una hora de lectura. Matías  un niño de 9 años que casi no hablaba me acercó una revista de “POKEMÓN” y me pidió que la leyese en voz alta. Como me había sorprendido gratamente su iniciativa, comencé con entusiasmo la lectura de una historia que desconocía y que ciertamente me resultaba difícil de seguir. En lo personal  la historia no me atraía por lo que sin querer incurrí en varios errores de pronunciación de los nombres de los personajes. Esta situación causó mucha gracia entre los niños que comenzaron a corregirme. Algunos lo hacían verbalmente, otros se acercaban al pizarrón, los dibujaban y escribían los nombres, o recurrían a las imágenes de la revista para mostrar e ilustrar sus relatos. Todos tenían ganas de contar algo de lo que sabían de la historia, por lo que decidí que era momento de dejar la lectura y expresarles mi interés por escucharlos.  Este fue uno de los momentos claves en mi experiencia docente. No sólo recuerdo la alegría, el bullicio y el despliegue que cobró mi clase, sino también la sorpresa y la emoción que despertó en mí el poder ser testigo de un momento donde los posicionamientos enseñantes - aprendientes comenzaban a circular de un modo diferente. Los chicos no sólo me hablaban de lo que conocían a partir de sus visualizaciones en la televisión, sino también en las revistas, en videojuegos, internet, figuritas, etc.
Desde ese día de manera intuitiva, y otro poco a partir de lecturas y búsquedas bibliográficas, comencé a sistematizar las experiencias buscando aprovechar la información y los conocimientos que los chicos traían de sus consumos mediáticos y culturales para abordar contenidos del curriculum escolar, no sin cierta dificultad dada la subestimación que las prácticas mediáticas suelen sufrir en al ámbito de la escuela.
Como parte de los procesos de trabajo emprendidos en ese entonces, los chicos a veces creaban productos visuales y audiovisuales sencillos donde registraban sus: ideas, historias, investigaciones, etc.  En lo personal me entusiasmaban los resultados de las experiencias ya que además del aumento de la motivación y participación de los niños se observaba en ellos un notorio progreso en la capacidad de simbolización y por ende en  las prácticas comunicativas. No obstante era consciente que estaba educando con los medios pero no en los medios.
Este proceso de movilización profesional coincidió con el haber terminado mi postítulo docente en “Nuevas alfabetizaciones”  y estar cursando la carrera de Psicopedagogía, en la cual pude continuar dimensionando el impacto subjetivo que tienen las relaciones que los niños establecen con los contextos mediáticos. Al finalizar esta carrera, seguí buscando y encontrando nuevos espacios académicos y personas con las cual seguir formándome e intercambiar ideas e inquietudes acerca de estos temas.
Con el tiempo comprendí la importancia que tiene el no reducir la cuestión de los medios a problemas de “aparatos”, “contenidos” o “mensajes”, y, en cambio, prestar atención a su carácter comunicacional: cómo se articulan con prácticas y procesos culturales, que también resultan potencialmente educativos, y cómo funcionan como agencias de interpelación para los sujetos, frente a las cuales los sujetos se reconocen (o no) y ante las cuales se forman o se educan.
En la actualidad mi interés profesional se centra en el desarrollo, acompañamiento y seguimiento de proyectos de Educación en Medios de Comunicación para niños de 3 a 6 años.

Si en la actualidad  la televisión, el cine y el video se constituyen en tempranos consumos y prácticas culturales de cualquier niño, considero necesario trabajar desde el nivel inicial de la educación formal, como lo señalase  David Buckingham (2003), los aspectos claves que hacen a la educación en medios comunicación: producción, lenguajes, representación y audiencias.